Se origina una contusión
cuando se produce un golpe, caída o cualquier impacto sobre la piel, pero sin llegar a
romper su continuidad ni ocasionar heridas abiertas.
Se pueden clasificar las
contusiones atendiendo a la intensidad del impacto, y la gravedad va desde la
rotura de pequeños vasos, hasta la lesión de órganos o tejidos internos.
Cada tipo de contusión
requerirá de una atención y tratamiento diferentes:
Contusiones mínimas: no se
consideran de riesgo y no precisan tratamiento. Debido al golpe se rompen
pequeños capilares que provocan enrojecimiento local de la zona, llamado
eritema, que desaparece al cabo de unos minutos.
Contusiones leves o de primer
grado: el golpe causa la rotura de capilares y algunos vasos sanguíneos locales
y superficiales; en la piel aparece el típico cardenal de color rojo violáceo a
causa de la salida de la sangre fuera del sistema circulatorio. Hay dolor sobre todo al tacto, y conforme pasan los
días y se produce la degradación de las células sanguíneas, la lesión va
cambiando de color, pasando del rojo al amarillento y, finalmente, desaparece
al cabo de cuatro o cinco días.
Contusiones moderadas o de
segundo grado: el impacto es más fuerte, y afecta a vasos mayores que al
romperse provocan un acumulo de líquidos en la zona lesionada, causando así un
hematoma. Aparece dolor en la zona e hinchazón, con una coloración morada.
Suele reabsorberse, aunque tarda algo más de tiempo en desaparecer que las
leves.
Contusiones graves o de tercer
grado: aunque el golpe no dañe ni rompa la superficie de la piel, lesiona los
vasos de manera que la sangre deja de irrigar la zona, lo que provoca la
necrosis (o muerte) de los tejidos. En este caso, la zona lesionada estará
fría, inflamada y dura. Este tipo de golpes suelen ocasionar también fracturas
y daños en órganos internos.
¿Qué hacer en caso de
contusión?
En caso de que se haya
presenciado el golpe que origina la contusión, se puede evaluar aproximadamente
la intensidad del impacto y ver en qué zona se ha producido.
Las contusiones moderadas y
graves se pueden tratar con las siguientes acciones:
>
Frío local: durante las primeras 24h el frío evita la inflamación y ayuda a
reducir el dolor.
> Reposo:
evitar movimientos. Si la contusión está en alguna extremidad, mantenerla en
alto ayudará a reducir la inflamación.
> Si
el accidentado siente mareos, malestar general, o la zona lesionada crepita y
tiene posturas antinaturales, se debe sospechar de fractura o lesiones internas
y acudir de inmediato a los servicios de emergencia. En caso de fracturas se
puede llevar a cabo una inmovilización de la extremidad.
> Cuando
el hematoma sea muy extenso, o se hayan producido muchos en distintas zonas del
cuerpo, consultar con un profesional de la salud, ya que una posible
complicación de una contusión es la infección o la liberación de pequeños
coágulos al flujo sanguíneo.
>
Baños de contraste: las contusiones en manos, pies o dedos se tratan metiendo
alternadamente la extremidad en agua caliente y fría, con un tiempo de inmersión
de 4-5 minutos cada una durante unos 20 minutos al día. Ayuda a calmar el dolor
y a la reabsorción de los líquidos.
> Si
se ha producido una contusión en la cara o en la zona ocular, los signos serán
muy alarmantes, puesto que la gravedad hará descender la sangre por toda la
cara. No hay que alarmarse, y se aplican las mismas medidas. Si el impacto ha
sido en el debe consultar al médico por las posibles lesiones.
Las contusiones no generan
muchas complicaciones y, por norma general, no necesitan tratamiento complejo,
pero sí hay algunas cosas que es importante no hacer en caso de contusión para
facilitar una buena recuperación.
· No aplicar calor en las primeras horas después del golpe.
La aplicación de calor alivia el dolor al principio, pero después aumenta el
flujo de líquidos, lo que da como resultado mayor tumefacción e inflamación.
· No mover la extremidad afectada; si ha habido fractura
podría empeorarse.
· ·
No pinchar
ni vaciar los hematomas, podría infectarse.
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