El dolor de caballo es molestia
que aparece entre la parte baja de las costillas, abdomen y espalda, sobre todo
en personas con mala condición física que hacen ejercicio o esfuerzo
considerable. No genera mayor complicación, salvo la suspensión momentánea de
la actividad física.
¿Cómo tratar y prevenir el dolor de
caballo?
Es casi imposible que un dolor de caballo
tenga consecuencias graves, y se le puede considerar incidente tan común que
rara vez se necesita la visita a un especialista para identificarlo; esto se
debe a que incluso un instructor o un deportista con experiencia que se
encuentra en las mismas instalaciones deportivas de quien lo padece sabe
reconocerlo, tanto por sus manifestaciones como por posibles factores de riesgo
(respirar por la boca, hacer ejercicio con el estómago lleno, etcétera).
A pesar de ello, es probable que la
persona que manifieste dolor abdominal se encuentre preocupada y solicite
la opinión de un médico para disipar sus dudas. En tal caso, el galeno
recurrirá a una auscultación física y realización de historia clínica para
tener el diagnóstico, y una vez que se concluya que se trata de dolor de
caballo, es muy posible que recomienden algunas medidas preventivas:
- No respirar por la boca y llevar un ritmo adecuado de inhalación y exhalación, de acuerdo con la opinión de un instructor.
- Evitar el consumo de alimentos antes de practicar ejercicio.
- Mantener adecuada hidratación del organismo para que el deseo de ingerir líquidos durante la práctica deportiva sea mínimo. Para conseguirlo se deberán tomar, diariamente, 2 litros del vital líquido (ocho vasos), distribuyéndolos a lo largo de la jornada. En caso de que la necesidad de saciar la sed sea muy fuerte, se dará preferencia al agua simple o bebidas creadas para deportistas, ya que su absorción es más rápida.
- Incrementar paulatinamente el tiempo e intensidad del ejercicio que se realiza, pues sólo de esta manera se evitan sobreesfuerzos que, además de generar dolor de caballo, pueden ocasionar una lesión de gravedad.
Finalmente, debemos señalar que todo
dolor persistente en la zona baja de los pulmones y hombros, no necesariamente
asociado con práctica deportiva, es motivo de consulta médica para descartar
algún problema de gravedad, como abscesos abdominales (acumulación de pus por
debajo del diafragma o en algún órgano, como el bazo), hernia (paso parcial de
un órgano del abdomen en la cavidad torácica a través de un orificio del
diafragma) o inflamación de hígado o intestino.
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