Es una
respiración rápida o profunda que puede ocurrir con ansiedad o pánico. También
se denomina hiperrespiración y puede dejarlo a uno con una sensación de falta
de aliento.
Si
se presenta el síndrome de hiperventilación, usted podría no estar consciente
de que está respirando rápidamente. Sin embargo, puede ser consciente de tener
muchos de los otros síntomas, como:
- Eructos
- Distensión abdominal
- Dolor torácico
- Confusión
- Vértigo
- Resequedad en la boca
- Mareos
- Espasmos musculares en las manos o en los pies
- Entumecimiento y hormigueo en los brazos o alrededor de la boca
- Palpitaciones
- Dificultad respiratoria
- Trastornos en el sueño
- Debilidad
Causas:
- Ansiedad y nerviosismo
- Sangrado
- Cardiopatía como insuficiencia cardiaca congestiva o ataque cardiaco
- Medicamentos (como en el caso de una sobredosis de ácido acetilsalicílico)
- Infección como neumonía o sepsis
- Cetoacidosis y afecciones médicas similares
- Enfermedad pulmonar como el asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o embolia pulmonar
- Ataque de pánico
- Embarazo
- Dolor intenso
- Situaciones en las que hay una ventaja psicológica al tener una enfermedad dramática y repentina
- Uso de estimulantes
- Éstres
A
largo plazo, las medidas para ayudarlo a detener la hiperventilación abarcan:
- Si le han diagnosticado ansiedad o pánico, acuda a un psicólogo o psiquiatra para que le ayude a entender y tratar esta afección.
- Aprenda ejercicios respiratorios que le ayuden a relajarse y respirar desde el diafragma y el abdomen, en lugar de hacerlo desde la pared torácica.
- Practique técnicas de relajación de manera regular, como la relajación muscular progresiva o la meditación.
- Haga ejercicio de manera regular.
- Si estos métodos solos no previenen la hiperventilación, el médico puede recomendar un medicamento betabloqueador.
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